Acudí a cita de primera vez con el Dr. Jesús “N” semanas antes de mi boda. En ella, me dijo que tenía unas células malignas que había que retirar de inmediato. Al instante ya estaba rodeada por 5 personas adicionales, realizando un acoso grupal y sistematizado y yo, casi desnuda. Sin estudios ni nada, Jesús “N” quería operarme, mintiéndome que era un procedimiento que no requería recuperación, y yo a días de casarme. Entré en pánico pero afortunadamente reconsideré el irme de ahí y pedir una 2da opinión.
Un ginecólogo oncólogo me confirmó que era una falso diagnóstico y que no era necesario operarme. Jamás olvidaré lo vulnerable que me sentí, la ligereza con la que Jesús “N” se atrevió a insinuar que tenía cáncer, y el acoso grupal para presionarme a realizarme un procedimiento ahí mismo, sin mayores estudios o sustento.
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