Pese a las evidentes señales, no se me diagnosticó el síndrome de HELLP (una de las complicaciones maternas y fetales más graves durante el embarazo y que puede causar daño en los riñones, hígado, corazón y el cerebro). Esto me llevó a estar 23 días en terapia intensiva y casi morir, y quedar afectada en muchos sentidos.
Conocí a mi hija hasta que salí del hospital, después de 1 mes. Tardé varios meses más para dejar por completo la sonda y tuve que reaprender a caminar. Por el trauma de todo lo sucedido y mi larga recuperación, no pensé en denunciar formalmente, pero gracias a la insistencia de un tío que es abogado, iniciamos una demanda civil.
9 años después del nacimiento de mi hija recibí una compensación económica, determinada por una tercera instancia, por el daño ocasionado. Se aceptó que hubo una cadena de errores y que si al menos uno hubiera sido leído como alarma, esto no hubiera sucedido.
Pude llevar este caso gracias a que mi tío es abogado, pero estoy consciente que la triste realidad de México es que la justicia llega para quienes tienes los medios para buscarla.
Aún así, después del desgaste económico, físico y emocional de una lucha por 9 años, el Dr. Jesús "N" sigue dando consulta.
Comments